Todos los que conviven con animales se han preguntado alguna vez si es bueno o recomendable dejar que su mascota duerma en la cama junto a ellos, aunque en este artículo debemos aclarar que nos referimos a perros y gatos domésticos.
El perro doméstico casero ha adaptado sus ritmos circadianos al humano, gracias a la domesticación que les ha hecho evolucionar a nuestro lado, tal c0mo sugiere un estudio. Los gatos domésticos, sin embargo, duermen, de 10 a 17 horas diarias, y se les considera aún animales crepusculares, que no nocturnos. Esto quiere decir que sus picos de energía suelen concentrarse al amanecer y al anochecer, siguiendo sus instintos naturales. Estos datos son relevantes a la hora de convivir y especialmente compartir dormitorio o cama con nuestras mascotas, pues sus conductas afectarán a las nuestras irremediablemente.
Las estadísticas, indican que alrededor del 66% de las personas duermen con sus perros y gatos. Se trata de una costumbre con beneficios y riesgos, y que cada propietario debe valorar de forma individual en virtud a sus circunstancias personales.
Beneficios: bienestar y protección
Tener a nuestro lado el cuerpo cálido, la presencia y el peso de nuestra mascota aporta beneficios para la salud mental, y los propietarios dicen sentirse más cómodos y seguros. En un estudio australiano antiguo, los participantes con mascotas tenían menos probabilidades de tomar medicamentos para dormir que aquellos que no convivían con animales. La Universidad de Alberta, en Canadá, halló en otro estudio que para los pacientes de dolores crónicos, dormir con su mascota les ayudaba a regular sus patrones de sueño, les reducía el estrés y les aportaban consuelo durante las crisis de dolor nocturnas.
En otro estudio científico realizado por la reputada Clínica Mayo, los tutores dormían mejor cuando su perro estaba en la habitación, pero no en la cama directamente. Es decir, tener al perro cerca nos proporciona seguridad y bienestar, sin necesidad de compartir el colchón.
Riesgos: alergias, alteración del descanso
En el caso de personas alérgicas, dormir junto a gatos o perros puede agravar los síntomas. Bien es cierto que esto se puede remediar o reducir con los medicamentos que mejoran la reacción a los alérgenos, pero según algunos estudios, no es saludable para la salud en general abusar de estos productos. También puede ser un foco de inconvenientes para personas con asma o enfermedades pulmonares.
Por otro lado, se debe considerar que existe un riesgo a ser arañados o mordidos si el animal doméstico se sobresalta y está junto a nuestra cara, algo que adquiere más importancia en el caso de bebés y niños pequeños.
En general, la mayor desventaja de compartir la cama con un animal de de compañía es la perturbación del descanso y que, básicamente, pueden “arruinar el sueño”, bien sea porque la mascota acapara casi todo el colchón y los tutores toman posturas incómodas y limitadas para no molestarlos, bien porque nos causen micro-despertares a causa de sonidos (lamerse, ronquidos) o con los cambios de postura, que son perjudiciales para nuestro correcto descanso nocturno. Sin olvidar que pueden llegar a desprender un calor que resulte incómodo, especialmente en verano. En un estudio de 2018 los resultados arrojaron que dormir con los perros en la misma cama reducía levemente la calidad del sueño, y citando a los investigadores, “este perjuicio debe sopesarse frente a los beneficios de dormir junto a nuestros perros”.