En ocasiones, los cachorros tienen una desagradable “afición” que preocupa a sus dueños y es motivo de consulta frecuente, y es que sus mascotas se comen las cacas propias y ajenas. Este es un comportamiento que también puede darse en perros adultos, pero es menos frecuente. El acto de comerse las heces de otros animales o las propias se denomina Coprofagia.
Las causas de la coprofagia no están claras y se puede atribuir a varias situaciones:
- llamar la atención de sus dueños; Si el cachorro ve que al comerse las cacas los dueños van inmediatamente detrás de él y llaman su atención es posible que lo haga buscando que se fijen en él.
- aburrimiento; Si no tienen distracciones y no saben qué hacer, en ocasiones pueden intentar entretenerse con lo primero que tienen delante. Y si después de hacerlo, sus dueños le hacen caso, mejor que mejor.
- pasar hambre; si viven en situaciones precarias y pasan hambre, es frecuenten que tengan este comportamiento.
- estar alimentado con un pienso de baja calidad; Los piensos de baja calidad tienen
- haber sido reñido demasiado fuerte al hacer cacas en casa (se las comen para evitar los castigos).
- evitar acumular suciedad cuando pasan mucho tiempo en un espacio reducido (se las comen para quitarlas de en medio).
- a veces incluso por imitación, al ver a sus propietarios recoger las heces del suelo.
¿Qué podemos hacer?
Lo mejor que podemos hacer es no dar importancia al hecho. Cuando veamos que esté a punto de hacerlo podemos intentar distraerlo con otra cosa y sin que el perro nos vea hacerlo, recogeríamos sus heces para que no las vea. Intentaremos siempre mantener lo más limpio posible su espacio, para que no haya heces que pueda ver e intentar comer.
Po último es muy importante darle una alimentación de calidad adecuada a sus necesidades, y ejercicio físico y atención que le hagan estar estimulado y no tenga demasiados momentos de aburrimiento.
En muchos casos con esto es suficiente y con el paso del tiempo el cachorro madura y deja de hacerlo.
Lo que tenemos claro, es que regañarle o castigarle no funciona en este caso, no hace que tu cachorro deje de tener ese comportamiento y en ocasiones consigue lo contrario, reforzar la conducta. Con mucha paciencia y siguiendo estas pautas, poco a poco esta etapa se supera.